En medio del silencio de la noche, reflexiono,

Sobre los días de sol, las sonrisas que recolectamos.

Y aunque el mundo ahora parezca tan restringido,

Guardo en el corazón los momentos que amamos.

Pues aunque la vida nos desafíe, no temo,

Con fe y esperanza, en el amor me aferro.

Y en las pequeñas manos que sostienen las mías,

Encuentro la fuerza para enfrentar las ruinas.

Dios te dice: \"El amor es mayor que la discapacidad de un hijo,

Cuídalo como si fuera yo.\"

En las risas y miradas, encuentro el brillo,

De un amor puro, un regalo del cielo.

Soy un hombre fuerte, pero también soy humano,

Con un corazón que siente, en medio del desengaño.

Pero cuando miro a los ojos de mis niños,

Veo la promesa cumplida en muchas bonanzas.

Y aunque a veces la tristeza me visite,

Me levanto, pues un padre nunca desiste.

Con amor incondicional, sigo adelante,

Pues ser padre es ser eternamente resiliente.

Dios te dice: \"El amor es mayor que la discapacidad de un hijo,

Cuídalo como si fuera yo.\"

En las risas y miradas, encuentro el brillo,

De un amor puro, un regalo del cielo.

Y cuando llega la noche, y el cansancio pesa,

Abrazo a mis hijos, mi eterna recompensa.

Pues ellos son la luz que guía mi camino,

Y con ellos a mi lado, nunca estoy solo.

Nananá... Nananá...á

Nananá... Nananáááá